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BOLIVIA: EL CAPITALISMO ABIGARRADO, EL POPULISMO Y LAS CONTRADICCIONES INTER-IMPERIALISTAS

BURÓ POLÍTICO DEL PARTIDO COMUNISTA REVOLUCIONARIO DE BOLIVIA

“Comprobamos en carne propia que los procesos democráticos y nacionalistas que no son dirigidos por el proletariado y transformados en proceso socialista, concluyen siempre en frustración y derrota”

Tesis Socialista de la Central Obrera Boliviana (1970)

¿Qué es capitalismo abigarrado?

Las organizaciones que se reclaman marxistas en Bolivia han intentado caracterizar correctamente la formación económica-social del país, para poder apuntalar cual debe ser el programa revolucionario a seguir en nuestro contexto.

El revisionismo y reformismo en sus diversas expresiones ha planteado que en Bolivia, dada la persistencia de modos de producción pre-capitalistas, es necesaria una Revolución Democrático-Burguesa que cumpla con las tareas inconclusas de la Revolución Nacional de 1952.  De esta manera han justificado vergonzosamente una y otra vez su apoyo incondicional a gobiernos demagógicos y populistas, vociferando a los cuatro vientos que estamos en una “transición” hacia el socialismo, que cumpliendo el programa al pie de la letra se “profundizará el proceso”, etc. Cuando en los hechos sus numerosas traiciones sólo han servido y siguen sirviendo para que las cúpulas dirigenciales gocen de altos cargos gubernamentales.  (Basta con ver a los kjrushovistas, maoístas, etc hoy de embajadores, directores, ministros, etc.)

Lenin ante la compleja realidad pre-revolucionaria en Rusia, en la que co-existían modos de producción comunitarios, feudales y capitalistas usa el término de abigarrado para describir la amalgama que compone su formación económica-social.   ¿Acaso la existencia de modos de producción pre-capitalistas detuvo a los bolcheviques cuando lanzaron el grito “todo el poder a los soviets”? ¿Acaso no fueron los mencheviques quienes propusieron la necesidad de que la burguesía cumpla con las tareas democrático-burguesas y después recién la clase obrera sería capaz de tomar el poder?

El sociólogo marxista boliviano René Zavaleta, rescata el término de abigarrado para explicar la formación económica social boliviana, explicando de esa manera la compleja composición de clases y relaciones sociales de producción en el país.

No queda duda que el modo de producción dominante en Bolivia es el capitalismo, que se caracteriza por su esencia extractivista.  Los recursos naturales que tenemos abundan siendo Bolivia el cuarto productor mundial de estaño, séptimo productor mundial de plata, con el Mutún tenemos la reserva más grande del mundo de hierro y manganeso y en el Salar de Uyuni contamos con uno de las reservas más grandes del mundo de litio y potasio. En el plano hidrocraburífero tenemos la segunda reserva más grande del continente de gas. No es sorpresa que el 72% de las exportaciones de Bolivia sean hidrocarburos y minerales.  El atraso tecnológico deja al país a la merced de las trasnacionales para la industrialización de nuestros recursos naturales.

Junto al modo de producción capitalista, en el oriente del país los terratenientes agro-industriales imponen relaciones sociales de producción semi-feudales, manteniendo a sus trabajadores en condiciones infra-humanas.

Hay cerca de cuarenta nacionalidades y pueblos oprimidos que viven dentro del Estado boliviano (entre las reconocidas y no por la Constitución “Plurinacional”), con distintas formaciones económico-sociales.  Desde tiempos inmemoriales existen modos de producción comunitarios en el altiplano y los valles del país – los ayllus, que se basan en la propiedad colectiva de la tierra, el trabajo comunitario (ayni) y la elección rotativa de autoridades.  En los llanos existe una amplia diversidad de pueblos, desde aquellos que mantienen formas de vida semi-nómadas hasta los que tienen numerosos modos de producción comunitarios.  La lucha de las nacionalidades y pueblos oprimidos por la verdadera auto-determinación no ha sido resuelta con esta nueva Constitución que mantiene el dominio de la nación boliviana sobre las demás nacionalidades y pueblos que conviven en el Estado boliviano.

A partir de esta resumida construcción de la formación económica social boliviana podemos establecer la existencia de las siguientes clases sociales:

  • Gran burguesía, compuesta por la burguesía agro-industrial, fundamentalmente en el oriente; la burguesía industrial y la burguesía bancaria que están en pleno auge.
  • Burguesía media, compuesta por los cooperativistas, dueños de medios de transporte, comerciantes a gran escala y otros sectores cuyo capital ha incrementado de manera sustancia durante el gobierno actual.
  • Campesinos medios/ricos, aquellos que son dueños de catos, chacos o terrenos que generan un excedente y lleva a la explotación de campesinos pobres para su cultivo.
  • Pequeña burguesía, profesionales libres, profesores, pequeños comerciantes, estudiantes y otros sectores sobre todo urbanos.
  • Proletariado, los mineros – vanguardia del proletariado boliviano, fabriles – cada vez más jóvenes y combativos y proletarios rurales (siringueros, castañeros, etc.)
  • Semi-proletariado, albañiles, ayudantes, peones y las cada vez crecientes filas de trabajadores informales.
  • Campesinos pobres, aquellos que no son dueños de su propia tierra o cuya tierra no genera un excedente, los explotados por campesinos ricos y terratenientes.

Considerando estos elementos, el Partido Comunista Revolucionario de Bolivia explicamos que la formación económica social de Bolivia es el capitalismo abigarrado.  Por lo tanto, corresponde una revolución socialista dirigida por el proletariado en alianza con el campesinado pobre, la pequeña burguesía, el semi-proletariado y los explotados de las nacionalidades oprimidas.

¿Qué es el populismo y cómo surge el gobierno de Evo Morales?

“Las nacionalizaciones hechas por tales gobiernos, del mismo modo que su lenguaje al rojo vivo del primer periodo de oposición contra el imperialismo y la reacción concluyeron siempre siendo reemplazados por el pedido de perdón por su pasado anti-imperialista.  Los representantes de la burguesía o de la pequeña burguesía en el poder no pueden comprender que el desarrollo industrial integral, dentro de los marcos del régimen capitalista de producción y en la órbita del capitalismo, ya no es posible y conduce a la traición de los intereses nacionales”
Tesis Socialista de la Central Obrera Boliviana (1970)

En 2003, las contradicciones del modelo neoliberal boliviano llegan a un punto culminante, la movilización popular estremece todo el país, la lucha de clases se expresa en Octubre Negro, cuando las mayorías populares expulsan del país al Presidente Gonzalo Sanchez de Lozada.   Ante el vacío de poder y la falta de un partido revolucionario capaz de dirigir la insurrección en 2003, el MAS junto a otros sectores reformistas optan por la sucesión constitucional, que permitiría en diciembre de 2005 la elección con el 54% de apoyo a Evo Morales como Presidente.  Surge en torno a éste cambio una expectativa, una esperanza popular del cambio anhelado.  La Tesis Socialista de la COB de 1970 nos deja una enseñanza muy clara al respeto: “no basta la acción insurgente de las masas, sino definir quien asume la dirección de esta insurgencia.”

Ante el desgaste del modelo neo-liberal, ante el descontento popular el imperialismo debía buscar una forma de gobierno, un discurso que le permita mantener intacto el capitalismo boliviano mientras desmoviliza al pueblo.  El populismo, en el que un líder carismático dirige de manera demagógica el gobierno, gritando a los cuatro vientos que vivimos una revolución mientras respeta plenamente la propiedad privada sobre medios de producción, era la salida perfecta.

Si bien en un primer momento surgen contradicciones entre la oligarquía terrateniente acostumbrada a ser quien administre el estado, en la que el pueblo combate el fascismo criollo (media luna).  Dentro de poco tiempo, priman los intereses de clase juntando al gobierno con la oligarquía agro-industrial, muestra clara son los “amigos del Evo” (Empresarios privados cruceños) que aportaron para financiar la campaña millonaria del oficialismo en 2014.

Las “nacionalizaciones” que en los hechos sólo fueron la compra de acciones a trasnacionales para volverlos a dar un contrato de servicios, la nueva Constitución Política del Estado que si bien incorpora sectores excluidos a la democracia formal no rompe con el modelo de estado burgués liberal.  El teatro de “Revolución Democrático-Cultural” ya estaba armada con los dirigentes de la “izquierda” en primera fila, aplaudiendo sin crítica alguna.

Las “Coordinadoras del Cambio” en las que se coopta a todas las organizaciones sociales afines al gobierno, creando direcciones paralelas y persiguiendo políticamente a los dirigentes anti-oficialistas, son una faceta más del populismo.

Los marxistas-leninistas bolivianos tenemos el panorama claro, hoy nuestra lucha no es por la “profundización” del populismo, ni en “defensa de la Revolución Democrática y Cultural” sino por la Revolución Socialista y el Poder Popular.

Contracciones inter-imperialistas en Bolivia

“Existen dos tendencias, una que hace inevitable la alianza de todos los imperialistas y otra que enfrenta a unos imperialistas con otros”
V. I. Lenin

Hoy escuchamos al gobierno populista de Morales, al igual que sus pares latinoamericanos hablar del anti-imperialismo, contra el “imperio norteamericano”, etc sin el más mínimo fundamento científico del concepto de imperialismo, usando de manera metafísica éste término para referirse a un enemigo invisible y “malvado” que atenta contra la “Revolución”.

Los marxistas-leninistas debemos ser claros y precisos en nuestra definición del imperialismo como la fase superior y última del capitalismo, en la que entre sus características está el reparto del mundo entre las potencias imperialistas.  Las contradicciones inter-imperialistas surgen como resultado de ese reparto del mundo.

En Bolivia podemos observar ese reparto y la dependencia que sufrimos a través de la deuda externa que tenemos.  En 2005 Bolivia tenía una deuda externa pública de 4.941 millones de dólares, esta deuda rebajó hasta 2.207 millones de dólares en 2007, para después incrementar hasta 5.261 millones de dólares en 2013. Desde la llegada de Evo Morales existe un cambio en los acreedores de nuestras deudas. En 2013 los principales acreedores de nuestra deuda externa son la Cooperación Andina de Fomento (CAF) con 31,2%, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) con 22,5%, el Banco Mundial (BM) con 9,5%, China con 9%, siendo el resto de la Unión Europea, Brasil, entre otros.

En nuestros campos hidrocarburíferos, tras la “nacionalización” fueron otorgados los contratos de servicios en los que empresas trasnacionales de origen español (REPSOL), brasileño (Petrobras), rusos, entre otros operan nuestros campos, siendo la sigla de YPFB mera pantalla pública con muy poca intervención en lo operativo.  Hoy el gobierno proclama que son nuestros “socios” las trasnacionales de la misma manera que el Banco Mundial ya no nos impone sus políticas sino que el gobierno boliviano le pone las condiciones al Banco Mundial.

Nos debe quedar claro que tanto el bloque de la OTAN como el Bloque de los BRICS tienen aspiraciones imperialistas en Bolivia y ninguno de estos es ni puede ser un “aliado benigno” contra el otro.  Muestra clara la intención, impulsada por un préstamo brasileño, de construir una carretera que partirá el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) contra la voluntad de los pueblos indígenas y atentando la biodiversidad selvática.

¡Luchamos por el Poder Popular y el Socialismo!

Los marxistas-leninistas bolivianos, organizados en el Partido Comunista Revolucionario, siguiendo el camino trazado por Inti Peredo y los miles de hombre y mujeres que lucharon por la liberación nacional y el socialismo, tenemos la tarea muy clara – la Revolución Socialista.

Levantamos como bandera de lucha la Asamblea Popular de 1970 y las Tesis Socialistas de la COB que nos dejan en claro que la única clase social capaz de dirigir una Revolución Socialista en Bolivia es el proletariado.

Al llegar a nuestro primer aniversario como Partido marxista-leninista, de nuevo tipo, debemos seguir trabajando sin descanso por la construcción de la organización de vanguardia desde las minas, las fábricas, los centros de estudio, los barrios, que habrá de dirigir la Revolución Boliviana.

¡INTI VIVE, CARAJO!
¡VOLVEREMOS A LAS MONTAÑAS!
¡POR EL PODER POPULAR Y EL SOCIALISMO!

BURO POLITICO DEL PARTIDO COMUNISTA REVOLUCIONARIO DE BOLIVIA

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